Flores Frescas -Priv. Morgan-

por **Rinto** Vie Abr 27, 2012 1:07 pm

Domingo, el día en que parecía que las ventas iban mejor que cualquier otro día de la semana, ese día en especial recibía multitud de clientes que compraban arreglos tanto para sus parejas como para adornar su casa o incluso como gusto personal, fuera como fuera solo el domingo lograba juntar el dinero de todo lo que se suponía debería vender a la semana y eso lo tenia bastante feliz, por lo que especialmente ese día, se levantaba antes de que amaneciera, salía al campo y cortaba cuantas flores pudiese cargar, ayudado de su telequinesis recogía cientos de flores de distintos colores, tanto llamativas como usuales, todas se vendían ese día quedando su tienda completamente vacía por lo que los lunes tenia también que levantarse y madrugar aunque la venta no fuera la misma.

Pero había algo, que hacia el domingo un día diferente al resto, pues todos y cada uno de los domingos, exactamente a las tres con quince minutos de la tarde, entraba un chico por la puerta, compraba una gran cantidad de flores de distintos colores y se marchaba, no le conocía, nunca había intentado hacer una conversación con el, pero había logrado despertar en el un interés bastante particular; ¿en que trabajaba? ¿Para quién eran todas esas flores? Suponía que era quizá porque era un don Juan que conquistaba a cuanto se ponía enfrente o simplemente tenia una pareja de la cual estaba enamorado y le gustaba recibir montañas de flores, fuera lo que fuera todos los días, antes de que el cruzara por el umbral de su puerta, el ya tenia listas las flores que se llevaba, humectadas y listas, esperando únicamente a que ese chico le diera la paga correspondiente.

Se dieron las tres de la tarde con quince minutos pero nadie cruzo la puerta, no vio a ese chico que siempre venia por aquellas flores, cosa que le extraño pues era bastante puntual, pero no dijo mas, quizá se había retrasado o algo similar, así que se dedico a armar unos cuantos arreglos mas para pasar el tiempo.

Las seis de la tarde, el sol comenzaba a ocultarse y la flores que había preparado ya hacia horas, comenzaban a lucir resecas, el otro chico no vendría ese domingo y eso lo tenia bastante extrañado pues tenia ya bastante tiempo llendo a comprar ahí sus flores.- quizá termino con su pareja –fue lo primero que pensó, pero luego negó rápidamente, no le desearía algo así a alguien que tenia la fortuna de tener con quien compartir su vida, así que mejor se ocupo de guardar aquel pedido, despacio, como si aun esperara que el otro entrase por aquella puerta.- quizá ya no quiere mis flores –pensó de igual manera, desanimándose un poco, porque además de que no recibiría el dinero, no tendría aquella visita a la que se había acostumbrado desde hace tiempo.

por **Morgan Sullivan** Vie Abr 27, 2012 7:01 pm

Como de costumbre, aprovechaba el domingo para dormir algo mas que el resto de dias, por lo que cuando el grifo entró armando jaleo en su habitación, no pudo mas que sobresaltarse algo desorientado al escuchar entre gritos que las cabras se habían escapado. Al parecer algún gamberro había abierto la cerca, probablemente alguno de los pequeños sátiros que rondaban por aquella zona en las ultimas semanas y que se dedicaban a saquearle el huerto y otras trastadas. -Maldita sea Yusef... no estabas tu haciendo guardia esta noche?... - protestó mientras se bestia rapidamente.

En pocos minutos ya estaba fuera, montando su caballo y saliendo en busca de las cabras por una zona mientras el grifo hacia lo mismo por toda otra gran extensión de bosque. Tardaron toda la mañana y gran parte de la tarde, persiguiendo y capturando el ganado casi de uno en uno. Cuando quiso darse cuenta, ya estaba anocheciendo, por lo que tras un ultimo recuento para asegurar que todo el ganado estaba en el corral, pusieron rumbo a la ciudad, sin siquiera cambiarse de ropa ni asearse, lleno de manchas de tierra por perseguir a los animales.

Cuando al fin llegaron a la floristería, amarró las riendas del caballo, a la par que el grifo tomaba forma humana y entraron a la vez en la tienda, adentrandose Morgan primero, seguido de cerca por el grifo que miraba por encima del hombro de este. -Perdón... aun no cerraste verdad?... se que es tarde pero... necesito lo de siempre...- comentó en tono amable mientras llegaba hasta el mostrador, para despues escuchar a su amigo -date prisa Mor, por las tardes no hay problema, pero no me gusta rondar el cementerio cuando a oscurecido...-
Morgan alzó los hombros y suspiró nada mas escuchó al grifo, girandose apenas un instante para responderle -lo se amigo... pero no pienso dejarles sin flores solo porque el sol se haya escondido..- luego miró de nuevo al lindo florista, sonriendole a la par que sacaba su bolsa de dinero -si e de pagar un extra por tan largo retraso, solo dimelo... no tengo problema alguno en hacerlo...-

por **Rinto** Jue Mayo 03, 2012 11:19 am

Estaba por cerrar su local, resignándose a que su habitual cliente no volvería, lo cual era un desperdicio, tanto de flores como del esfuerzo que había puesto en el simple hecho de esperarle, sabia que era tonto y que muy probablemente era algo realmente vergonzoso pero Rinto era alguien de gustos simples y el ver siempre a una persona terminaba acostumbrándole a ello, incluso disfrutando de la idea de que el domingo llegara.- “bueno.. Quizá el próximo domingo” –pensó tratando de animarse a si mismo, terminando de guardar las flores que había preparado especialmente como cada domingo.

Debajo de el mostrador, saco una cadena y un candado que usaba para cerrar la puerta de madera de su florería, no imaginaba a nadie entrando por la noche a una florería, pero era mera seguridad, después de todo en crassis no había demasiada seguridad como para confiarse de algo como eso.
Al menos en eso estaba como un hombre algo mas alto que el le corto el paso, entrando junto a un hombre aun mas grande hablando ciertas cosas, una tímida sonrisa apareció en su rostro al ver quien era, pero desapareció cuando escucho que el otro le llevaría las flores a varias personas a la vez.

Negó un par de veces cuando el otro comento lo del cargo extra, sacando las flores que había preparado, las cuales lucían ahora un poco maltratadas pues habían estado mucho tiempo mas de lo provisto cortadas y listas.- disculpa… el aspecto de las flores… si tu quieres puedo darte algo mas –escribió en su pizarra, mostrándosela al otro con el rostro denotando pena, mientras su mano acariciaba despacio uno de los pétalos de uno de los ramos.- “así que… le lleva flores a varias personas” –pensó para si mismo, imaginándose a ese hombre cortejando a varios chicos a la vez, sin duda no le gustaría para nada pertenecer a algo así, Rinto era alguien demasiado sensible como para pensar en ser parte de un juego, aquello le hizo fruncir un poco el ceño pero no dijo nada mas.

por **Morgan Sullivan** Jue Mayo 03, 2012 1:06 pm

Contempló el rostro sonriente del florista, aunque no entendió lo rápido que se desvaneció de su expresión. Eperó a que sacara las flores y al verlas algo mustias no pudo evitar suspirar, quería llevar lo mejor a su familia pero por culpa de las travesuras de las criaturas convecinas esta vez ya no podría ser.

Observó al chico escribir en su pizarra y luego leyó, sonriendole con algo de pena, mientras sacaba una de las margarita de uno de los ramos. -No te preocupes, no es como si fueran a quejarse porque no estén del todo frescas...- sosteniendo aun la margarita, murmuró de forma inaudible uno de los conjuros de regeneración que varias veces le habían salvado la vida, para probar que efecto tenía en la flor. Por suerte, logro que recuperase parcialmente la frescura y entonces la acercó al muchacho y con cuidado se la puso tras la oreja, retirando después la mano aprovechando para acariciar un mechón de su pelo -ademas.... ni siquiera pueden disfrutar de ellas...- le sonrió con algo de tristeza, mientras recordaba con nostalgia las palabras de sus hermanitos cuando hablaban de sus sueños y aspiraciones, pues querían llegar a ser parte de los jardineros reales.

Notando que su amigo se estaba deprimiendo, el grifo se acercó, golpeó con camaradería el hombro de Morgan y tomó parte de las flores. -Vamos Mor, se que los adorabas... hasta yo les tomé cariño a esos niños, pero no te pongas a llorar delante del muchacho o parecerás idiota...-
El comentario de Yusef le provocó una risa nerviosa, mientras le devolvió el golpe -No digas esas tonterias... no estoy llorando..-

por Contenido patrocinado

Flores Frescas -Priv. Morgan-

Flores Frescas -Priv. Morgan-

Re: Flores Frescas -Priv. Morgan-

Re: Flores Frescas -Priv. Morgan-

Re: Flores Frescas -Priv. Morgan-

Re: Flores Frescas -Priv. Morgan-